
El caso de Anan Yaeesh y sus compañeros palestinos perseguidos, Ali Irar y Mansour Doghmosh, y la activa campaña de apoyo en su favor, han hecho saltar las alarmas por el encarcelamiento en Italia de otro preso político palestino, el refugiado palestino Ahmed Salem, del campo de refugiadxs de Baddawi en el Líbano, que lleva seis meses en prisión por llamar a la movilización para hacer frente al genocidio imperialista-sionista en Gaza.
Cuando solicitó asilo político en Italia, fue criminalizado y se registró su teléfono, y ahora se enfrenta a cargos penales por publicar un vídeo en las redes sociales en el que instaba a lxs palestinxs y árabes de Cisjordania y Líbano a actuar en favor de Gaza, y por haber visto vídeos ampliamente difundidos de operaciones de resistencia palestina contra el genocidio. Este caso se basa, en parte, en las nuevas adiciones al código penal italiano introducidas este año con el fin de atacar los movimientos sociales locales, así como las luchas internacionalistas y antiimperialistas, en particular la causa palestina.
La Red de Solidaridad con lxs Presxs Palestinxs Samidoun insta a la liberación inmediata de Ahmed Salem y Anan Yaeesh, y hace un llamamiento a lxs simpatizantes de Palestina en todo el mundo para que exijan a Italia que ponga fin al encarcelamiento de presos políticos palestinos, parte integrante de su complicidad imperialista con el genocidio.
A continuación, reproducimos el texto de la campaña «Free Anan» (Liberad a Anan), traducido al castellano:
El caso de Ahmad Salem
En prisión desde hace seis meses por llamar a la movilización contra el genocidio
Ahmad Salem es un palestino de 24 años, nacido y criado en el campo de refugiadxs palestino de Baddawi, en el Líbano. Llegó a Italia en busca de protección internacional y, tras su llegada, se dirigió a Campobasso para solicitar asilo político.
Durante la audiencia ante la Comisión Territorial, le confiscaron y registraron el teléfono, y Salem fue acusado en virtud de los artículos 414 (incitación a cometer un delito) y 270 quinquies (autoformación con fines terroristas) del Código Penal italiano. Las autoridades italianas, así como la prensa, lo describieron como un «yihadista» que incitaba al odio e instigaba actos terroristas, alegando que su teléfono contenía «material instructivo» útil para fines terroristas.
Todo el caso contra él se basa en un par de frases sacadas de contexto de un vídeo de ocho minutos publicado en Internet, en el que Ahmad pedía la movilización contra el genocidio que se está produciendo en Gaza, un levantamiento en Cisjordania y que la gente saliera a las calles en el Líbano; y un pasaje del vídeo en el que Ahmad condena el silencio y la inacción del mundo árabe y musulmán ante los crímenes de Israel se convierte, para la Digos de Campobasso, en un vídeo de «propaganda yihadista».
En cuanto a los supuestos «vídeos instructivos», se descubrió que se trataba de imágenes de operaciones de la resistencia palestina en Gaza contra vehículos militares israelíes, los mismos vídeos que llevaban meses circulando por los canales de televisión y los medios de comunicación; se comprobó que no contenían información técnica ni de entrenamiento, como afirmaba la fiscalía; tanto es así que los mismos vídeos difundidos por la resistencia palestina en Gaza han sido repetidamente puestos a disposición del público y emitidos por medios de comunicación italianos, entre ellos Rai News, La Repubblica, La Stampa y otros, durante los últimos dos años.
A pesar de ello, Ahmad lleva más de seis meses en prisión, bajo alta seguridad, en Rossano Calabro, a la espera de juicio. Sus abogados han recurrido al Tribunal de Casación y han planteado la cuestión de la constitucionalidad del artículo 270 quinquies, conocido como «terrorismo de expresión», recientemente introducido con el «Decreto de Seguridad» (antes DDL 1660) en abril, que amplía aún más el alcance de la represión en Italia. Este caso se inscribe en un contexto político y jurídico más amplio, en el que el Estado italiano se está dotando de medidas represivas cada vez más severas, no solo para reprimir las luchas sociales y los movimientos de solidaridad, sino también cualquier expresión de apoyo a Palestina y a la lucha legítima del pueblo palestino por la independencia y la autodeterminación…
Añadimos que en la prisión de Rossano (en la provincia de Cosenza, Calabria) hay un ala de alta seguridad donde se encuentran recluidos una veintena de casos similares, jóvenes proletarios inmigrantes, así como algunos compañeros de las Brigadas Rojas de larga trayectoria que han sido trasladados allí recientemente.
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