Hoy Nancy Faeser, la ministra del Interior alemana (anteriormente conocida por múltiples campañas de propaganda antiárabe), ha anunciado la prohibición de Samidoun:
La prohibición de Samidoun por parte de las autoridades alemanas es una participación activa en el genocidio en curso en Gaza. El propósito de tal prohibición es reprimir la disidencia con toda la fuerza del Estado. Viene de la mano de las prohibiciones de manifestaciones, de las agresiones policiales a personas en la calle por llevar un kuffiyeh o una bandera palestina, de la prohibición de decir “Del río al mar, Palestina será libre”, de la imposición de prohibiciones políticas, de los esfuerzos por deportar a activistas o quitarles la residencia.
Todo esto es complicidad y participación en el genocidio. Mientras les hablamos hoy, las fuerzas de ocupación israelíes acaban de llevar a cabo una nueva masacre en el campo de refugiados de Al Bureij, en el centro de Gaza, bombardeando 30 viviendas en un campo densamente poblado. El Estado alemán y el Ministerio del Interior están optando por apoyar estos ataques librando una campaña de terror y represión contra quienes se atreven a alzar la voz contra estos crímenes en curso, quienes quieren movilizar a la gente para poner fin a la destrucción, la guerra, la ocupación y el colonialismo.
El Estado alemán y todas las potencias imperialistas, siguiendo el ejemplo del presidente estadounidense Biden, son cómplices no sólo de la difamación y deshumanización del pueblo palestino, sino también de los crímenes de guerra asesinos y los crímenes contra la humanidad del régimen de ocupación. La complicidad en el genocidio es ilegal según el derecho internacional, al igual que la persecución de organizaciones porque se oponen al apartheid, y nos comprometemos a exigir responsabilidades a Alemania por sus crímenes no sólo contra Samidoun, sino contra el pueblo palestino en su conjunto.
Este ataque debería preocupar seriamente a todos los que llevan a cabo un trabajo político, especialmente por la liberación palestina. Pretende introducir una norma en la que las organizaciones pueden ser prohibidas por organizar manifestaciones, conferencias, publicar carteles y participar en una labor totalmente pública y política que cuestione al Estado alemán y su complicidad en los crímenes de guerra, los crímenes contra la humanidad y el genocidio en curso de Israel en Gaza. Se produce en un momento en el que más personas que nunca se manifiestan a favor de la justicia y la liberación en Palestina y se entiende como un ataque al movimiento en su conjunto.
Si es posible prohibir Samidoun, entonces es posible prohibir toda organización y grupo político en Alemania que desafíe la política del Estado alemán y su papel imperialista. Esta acción viene de la mano del continuo reabastecimiento de bombas por parte de Estados Unidos contra el pueblo palestino en Gaza. Su objetivo es reforzar el esfuerzo bélico israelí privando al pueblo palestino del apoyo popular en las calles.
Se trata también de un ataque racista contra la comunidad palestina y árabe. Samidoun en Alemania está dirigido por jóvenes refugiados palestinos, y los medios de comunicación alemanes han emprendido una campaña de difamación descaradamente racista destinada a incitar a las fuerzas más racistas y fascistas del país contra la comunidad palestina, que es la mayor de Europa. La policía de Berlín ha emprendido un ataque continuo, selectivo y ofensivo contra barrios y comunidades árabes. Los activistas de Samidoun se han enfrentado a una dura represión, como Zaid Abdulnasser, amenazado con quitarle la residencia, y Musaab Abu Atta, sometido a una prohibición política. Otros activistas han sido amenazados con la deportación por el mero hecho de asistir a protestas y actos. Esta prohibición pretende mantener a las comunidades silenciadas por el terror y el miedo, reprimir la voz de la juventud y dar poder a las fuerzas más racistas y fascistas contra el pueblo palestino tanto en Alemania como en Palestina.
El ataque contra Samidoun es parte integrante del ataque contra el pueblo palestino en su conjunto. Refleja los intereses imperialistas del Estado alemán. Lejos de expresar un sentimiento de culpa o responsabilidad por los crímenes nazis y el genocidio, esta acción evidencia la agresiva dedicación y promoción del racismo, la represión y los crímenes de guerra por parte del Estado alemán. Debemos ser claros: Alemania no tiene legitimidad ni autoridad para hablar de derechos humanos, libertades o democracia. Se dedica a despojar de todas esas cosas a cualquiera que hable contra el genocidio y el colonialismo en Palestina.
Samidoun también ha sido especialmente atacada porque abogamos por los presos palestinos, en primera línea de lucha, haciendo frente a la represión, y expresamos nuestra solidaridad con la resistencia palestina y la legitimidad de ésta. Mientras Alemania reprime a la comunidad palestina y prohíbe Samidoun, sus avanzadillas oficiales en el extranjero han intentado con frecuencia influir y dirigir la política palestina mediante financiación condicionada y empresas coloniales similares. Con esta prohibición, el Estado alemán no sólo desea apoyar el genocidio, sino criminalizar incluso la resistencia verbal a ese genocidio. El pueblo palestino, como todos los pueblos colonizados y oprimidos, tiene derecho a resistir para liberarse a sí mismo y a su tierra del colonialismo y la ocupación, desde el río hasta el mar. Quienes resisten a la ocupación y la opresión -la resistencia palestina- no sólo son héroes del pueblo palestino, sino defensores de toda la humanidad.
En este momento, instamos a todos los activistas y simpatizantes de Palestina, y a todos los que se preocupan por la libertad y la justicia, a pronunciarse contra el genocidio en Gaza, a pronunciarse contra la prohibición de Samidoun y a afirmar en voz alta y clara que Palestina será libre desde el río hasta el mar, y que los palestinos tienen derecho a resistir la ocupación y la opresión. A través de esta acción, a través de las repetidas demandas de la policía a los organizadores de la protesta, el Estado alemán quiere suprimir estas verdades y esta realidad. Quieren asegurarse nuestro silencio e incluso nuestra complicidad, y no se lo permitiremos.
Reiteramos nuestras palabras sobre el anuncio del canciller alemán Olaf Scholz de la demanda de prohibir Samidoun: En árabe, la palabra “Samidoun” significa los que son firmes. Utilizamos este nombre para referirnos a los presos palestinos que permanecen entre rejas, luchando por la libertad. Hoy afirmamos que seguiremos firmes y comprometidos con el pueblo palestino, hasta la victoria, el retorno y la liberación.